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Hospitalización Domiciliaria: Salud y Bienestar a Domicilio

Son las 9.00 de la mañana y todo el equipo de Hospitalización Domiciliaria está listo para una nueva salida a terreno para cumplir nuevamente con su misión de vigilar y asistir a los pacientes en su domicilio.

Carolina (Carolina Pedraza Técnico en Enfermería) prepara meticulosamente el bolso con todo lo necesario. La joven de 30 años es una de las más antiguas en el programa y fue parte de su equipo creador. Dispuesta a asistir al médico y a la enfermera, reconoce que tienen pacientes regalones, que han estado más de una vez en esta situación, pero que el cuidado y la entrega es para todos.

A pesar de su experiencia, no puede evitar empatizar con la gente “lo más impactante para mí son los pacientes jóvenes que tienen cáncer, me pongo en su lugar y en el de sus familias, e inevitablemente me marca”. 

Frente a ella, en la misma oficina llena de documentos, un par de computadores, insumos médicos y un pizarrón con los nombres y datos de los pacientes a visitar; el Doctor Fitzgerald Bermúdez y la enfermera Ruth García revisan en pantalla donde y a quienes visitarán esta mañana.

El Doctor Fitzgerald debe evaluar a los pacientes, hacer su seguimiento y tratamiento durante las visitas, y encargarse de dar el alta cuando el paciente esté finalmente recuperado.

Hace 8 años este joven profesional llegó desde Colombia a nuestro país, y aunque confiesa que no ha sido fácil adaptarse porque “se trata de un choque de culturas y de costumbres…. el equipo ha sido muy ameno y ha permitido que sea mucho más fácil para mí”.

A su lado, un ejemplo de todos los que trabajan y estudian por un futuro mejor. Ruth llegó al hospital Dr. Eduardo Pereira en el año 2007 como Técnico Paramédico y mientras se desempeñaba en distintos sectores obtuvo su título de enfermera unos años después. Ella sabe que su actual labor es muy diferente a la que realizó “vamos directamente a la casa de las personas, a ver la intimidad de la gente con su familia, y se genera un gran impacto para nosotros como profesionales”.

Antes de partir su Enfermera Supervisora Corina Gutiérrez les entrega las últimas indicaciones. Su trabajo de gestión, coordinación y programación es parte fundamental para el éxito de este equipo.

Esta oportunidad, como ella misma la nombra, se ha vuelto un desafío, pero de esos que traen muchas recompensas. “es un equipo muy bonito, muy humano, donde todos se apoyan, participan y son receptivos a las críticas…todos encajamos perfectamente en la unidad”.

Ahora sí ya es hora….suben a su móvil y se internan en los cerros porteños. Distintas casas y casos, realidades y perspectivas, y en cada subida y bajada del vehículo se coordinan, saludan a padres y madres,  hermanos, hijos y hasta mascotas….son los pacientes y sus cuidadores el objetivo de su quehacer.

Tatiana (Valenzuela), la única kinesióloga de los dos equipos pertenecientes al programa, felicita al esposo de una de las pacientes que visitan. Él ha hecho el esfuerzo de cumplir con la tarea de tener todo lo necesario para que su esposa pueda hacer los ejercicios para dejar la silla de ruedas y recuperar su autovalencia.

Este es un caso de rápido avance, donde la misión ya está casi terminada, pues la paciente ha logrado movilizarse gracias a los ejercicios que le realiza y encomienda la profesional. Sin embargo no todos los escenarios son los mismos, y está dispuesta a asumir el rol de contención cuando es necesario.

Sus días de desempeño empezaron en este hospital y programa, un gran cambio de la sala de clases al campo laboral, donde se volvió aún más consciente de la responsabilidad de su labor y de la necesidad de la determinación en la toma de decisiones.

La joven recalca siempre la importancia del compromiso de las personas “esto tiene mucho que ver con su recuperación, con su día a día, con volver al trabajo, a la cotidianeidad…cuando el paciente tiene responsabilidades la recuperación tiende a ser más rápida porque hay mucho más compromiso por parte de ellos”.

Se acaba la mañana y en cada visita reciben las palabras de agradecimiento de sus pacientes y familias, sabiendo que su profesionalismo y entrega les hará recuperar la salud y cambiar su vida y la de todos.

Son un completo y preparado equipo, dispuestos a todas las situaciones, con una rutina tan entregada como eficiente; pero que no carece de bromas y complicidades…son una familia.

“Sabemos nuestro objetivo”, dice Ruth, “y lo hacemos con mucho cariño, pero que el paciente y la familia sientan eso, que nos traten de ángeles como nos dijeron una vez, eso va más allá de un simple gracias”.